De acuerdo con un estudio publicado por Randstad, la previsión de nueva contratación para el período estival de 2022 será un 2,2% inferior al mismo periodo de 2021. Aun así, se estima que habrá más actividad económica.
Este inferior volumen de contratación es especialmente significativo tras la aprobación de la reforma laboral, ya que el número de contratos ha disminuido debido a las modalidades de contratación introducidas por la nueva normativa. Existe una clara tendencia a la preeminencia del contrato fijo discontinuo sobre el temporal, especialmente en sectores afectados por las necesidades estivales.
Parece que una posible explicación de esta caída en el nivel de contratación se debe al rechazo tanto de empresas como de empleados al contrato fijo discontinuo. Recordamos que, a falta de regulación convencional, el contrato indefinido discontinuo, quedará interrumpido al finalizar la temporada, sin que esta finalización lleve aparejada indemnización alguna. El trabajador permanecerá inactivo en la empresa hasta el nuevo llamamiento, probablemente, al inicio de la siguiente temporada estival.
Esta modalidad contractual está impregnando de una gran inseguridad jurídica a la hora de realizar el llamamiento, y no garantiza la disponibilidad del empleado la siguiente temporada, que quizás, cansado de pasar meses inactivo, ha preferido emprender un nuevo proyecto. La consecuencia: muchas empresas con vacantes sin cubrir.
Desde Galibier Legal, nuestros expertos en materia laboral, Tirso Gracia, María José Martínez, Mireia Solís, están convencidos que este es un efecto perverso de la Reforma laboral, que debiera haber aprovechado la oportunidad para regular de una forma más flexible la contratación de temporada tan necesaria en la economía de nuestro país.